Sí, ya sé que todos tenemos abuela. Y sí, también sé que todos, todos, tenemos en nuestra memoria alguna de sus recetas. En mi caso, como las perdí joven, he tenido que tirar mucho de memoria y rememorar los ingredientes que llevaban e intentar imitarlas. Aquí va la primera que vamos a compartir con vosotros.
Esta ensalada de verano de mi abuela era un clásico muchas noche veraniegas en el pueblo. Una base de judías verdes y patata, acompañado de buen tomate de huerta, aceitunas -siempre sin hueso-, un buen bonito o atún (en su caso lo hacía ella misma, yo lo compro), huevo cocido y un aliño clásico con aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal. Lo único de mi cosecha es que ella usaba cebolla blanca y yo, pues pongo cebolla morada por añadir otro color, pero vaya, que tanto da.
Fácil, supersana y completa. Hay verdura, hidratos y proteína. Qué más se puede pedir. Pues nada, porque las abuelas sabían muy bien los que se hacían.